jueves, 5 de noviembre de 2009

El sentido que las prácticas culturales dan al desarollo de los niños en su propia comunidad

Se puede definir por prácticas culturales las actividades específicas que realizan las personas dentro de un núcleo cultural determinado (artístico, académico, religioso, deportivas, escolares, científicas, etcétera), que están orientadas a la formación y/o a la recreación de las personas.
El niño se desarrolla en un primer núcleo que es la familia donde los integrantes se relacionan a través de sus afectos, emociones, conocimientos, comunicaciones, expectativas y experiencias cotidianas pero también el desarrollo del niño ocurre en contextos y ambientes donde influyen de manera importante los saberes culturales, las prácticas y relaciones culturales donde se hace referencia a aquellas creencias, actitudes, prácticas y comportamientos que comparten los grupos sociales donde en ciertos núcleos las personas se aferran a creencias que son transmitidas de generación en generación.
En cada contexto cultural se promueven prácticas específicas para la educación de los niños. Cada práctica determina ciertas habilidades cognitivas lógicas y sociales, psicomotoras y afectivas necesarias para el desempeño del niño en ese contexto particular. Muchas comunidades reemplazan prácticas culturales propias, por prácticas externas que invaden la educación y en poco o nada contribuyen al desarrollo de los niños.
Los niños llegan al jardín con una serie de conocimientos y saberes culturales que adquirieron en el hogar y en la sociedad y es aquí donde nuestra tarea como educadoras retomar esos conocimientos y saberes de los niños para que a través de actividades didácticas los transformemos en nuevos aprendizajes es decir convertir esos conocimientos y saberes culturales de los niños en objeto de enseñanza.

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